La unión superficial entre dos materiales adyacentes se puede lograr de dos formas: mecánica o atómica. Y la calidad del adhesivo está relacionada con la fuerza necesaria para separar completamente los dos materiales.

El rociado térmico proporciona una unión mecánica. En las uniones mecánicas, el técnico está creando a propósito una superficie muy rugosa para causar un entrelazado de los dos materiales, bajo alta presión.

Mientras que con el enlace atómico, los iones de los metales (que van de la solución al sustrato) se conectan para formar un enlace iónico. El enchapado selectivo, con SIFCO Process®, crea un enlace atómico poderoso que es resistente a las fluctuaciones cíclicas de temperatura y al impacto directo y agudo. La durabilidad del revestimiento de su superficie es más importante si ese revestimiento está sujeto a un ambiente corrosivo. Suponiendo que el material base se haya preparado correctamente, las pruebas realizadas de acuerdo con la norma ASTM C633‑13 en SIFCO Process® muestran que dos depósitos de níquel de uso común tenían una fuerza de unión que excedía la fuerza del cemento. Además, el enchapado selectivo proporciona un espesor de depósito preciso, mientras que las piezas termorociadas requieren maquinado a la dimensión requerida.

Si tiene problemas con la adhesión, determine si su aplicación puede ser adecuada para el recubrimiento selectivo. Para obtener más información sobre cómo el Proceso SIFCO está mejorando la industria aeroespacial, descargue nuestro informe.