Los engranajes son una parte crucial de muchas máquinas, y si se desgastan y corroen sin posibilidad de reparación, puede ser un gasto costoso sustituirlos.

Las reparaciones pueden ser necesarias en dos etapas diferentes: fabricación y MRO.

Durante la fase de fabricación, a pesar de todos los centros de mecanizado modernos, las piezas pueden acabar mal mecanizadas, ya sea en el agujero, en los dientes o en el eje. El alcance de estos defectos dimensionales suele ser pequeño, pero el coste de refabricar toda la pieza sería prohibitivo.

Cuando están en funcionamiento, los engranajes suelen estar sometidos a entornos adversos, siendo problemas habituales el desgaste por corrosión o el funcionamiento diario en condiciones de polvo.

Con engranajes pequeños, el coste de capital de la sustitución de estos componentes en muchos casos será tolerable. Sin embargo, en los equipos de mayor tamaño, como la maquinaria de movimiento de tierras, industrial o marina, los ingenieros de mantenimiento no sólo deben tener en cuenta los gastos de capital. No sólo el coste de capital de los engranajes más grandes es mucho más alto, sino que también está el tiempo de inactividad de las máquinas fuera de servicio que puede hacer que el coste real de la sustitución de estos componentes sea extraordinariamente alto.

De hecho, el tiempo de inactividad es uno de los mayores costes a los que puede enfrentarse cualquier empresa. En Gran Bretaña, el impacto del tiempo de inactividad de las máquinas está costando a los fabricantes más de 180.000 millones de libras esterlinas cada año (The Manufacturer). El estudio, realizado por Oneserve, reveló que el 3% de todas las jornadas laborales se pierden anualmente en la industria manufacturera debido a fallos en la maquinaria. El 83% de los encuestados también afirma que sustituye las máquinas al menos una vez al año, lo que sin duda conlleva enormes implicaciones financieras y costes operativos.

Dicho esto, es crucial que los costes de mantenimiento se mantengan bajos, que los componentes de la maquinaria, como los engranajes, puedan mantenerse en servicio el mayor tiempo posible y que, en caso necesario, puedan repararse de forma rápida y eficaz.

El cepillado, o galvanoplastia selectiva, es una forma rentable y probada de devolver a los engranajes sus especificaciones originales y ayudar a prolongar su vida útil.

El cepillado, o galvanoplastia selectiva, es una forma rentable y probada de devolver a los engranajes sus especificaciones originales y ayudar a prolongar su vida útil.

El revestimiento puede servir para una variedad de propósitos, como la reparación de un defecto localizado o para devolver el diámetro interior (DI) o el diámetro exterior (DE) a su tamaño. El chapado también puede mejorar la resistencia al desgaste o a la corrosión exactamente donde se necesita, incluso en piezas nuevas en las que sería prohibitivo fabricar toda la pieza con un material más resistente.

Cuando se evalúan las piezas para su reparación, siempre es importante tener en cuenta el tamaño y la ubicación de la reparación requerida, y la cantidad de material que hay que chapar, ya que esto determinará si el chapado selectivo es apropiado o no.